El rey del carnaval bearnés, Sent Pançard
es un personaje caricaturesco, gordo y panzón. El representa la decadencia y
las contradicciones de la sociedad actual. Extravagante, lleno de excesos, en él se concentran todas las faltas a la moral y todas las calamidades del mundo
de las cuales él y sólo él será el responsable. Es el perfecto chivo expiatorio;
a su lado, triste, famélica y siempre vestida de negro está Carronha, su esposa,
la representante afligida de todas las mujeres sumisas, engañadas y amargadas.
Quaresma es el representante de la
iglesia, el prudente. El simboliza el final del carnaval y la entrada al
periodo de austeridad; no carne roja, no vino. Éste periodo dura 40 días, de allí
su nombre. El sueña en destronar a Sent Pançard el cual es su peor enemigo.
En resumen, Sent Pançard, según la tradición,
siempre logra escabullirse cada año de morir quemado en la hoguera gracias a sus
seguidores que logran reemplazarlo por un muñeco.
Sent Pançard huye de las autoridades francesas
y se refugia en el Pirineo español, donde reaparece para anunciar la llegada de
la fiesta pagana. El rey, extravagante; lascivo, lleva una chaqueta de colores
vibrantes, una estrafalaria corona, un collar de salchichas y un colgante de
cerdo. Le gusta el buen comer, la juerga y los deseos carnales, la cual
Carronha, su esposa, no aprecia del todo.
Sent Pançard recorrerá numerosos lugares
hasta desembocar en Pau, donde lo apresarán y lo condenarán a la hoguera, pero
nuevamente se zafará ayudado por su sequito y la historia volverá a comenzar.
Fotos por Aure Séguier
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