Al parecer mi guía Israel era todo un experto en lo que al peyote se refiere, me explico que ante todo se debía tener respeto al lugar y sobre todo al peyote porque es toda una religión y no se debe tomar a la ligera, me dijo que al llegar al Wirikuta (de dialecto huichol al español se podría traducir a algo así como el Cielo) el peyote al ser una planta mágica el peyote mismo me debía escoger, o sea que solo cuando ya estuviera preparado podría encontrarlos por mis propios medios, también me dijo que nunca cortara los primeros que encontrara por que eso denotaría mi ambición y eso no es bueno.
Caminamos aproximadamente 3 hrs. adentrándonos en el desierto; cual seria mi sorpresa que al entrar al Wirikuta había muchas ofrendas que los indígenas huicholes dejaban para honrar y mostrar respeto al hikuri. Al poco rato empezamos a encontrar la planta mágica, yo estaba muy nervioso y emocionado pero a la vez temeroso. (El texto continua en 3 de 5)
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